MI MENTE PARTIDA EN DOS
Caminaba, o creo que eso hacía. Sí, caminaba a través de una ruta poblada de gigantescos libros. Beatriz tomaba de mi mano, doctorada en Psicología Clínica y vestida de camisa de fuerza color azul. Yo, un sobretodo de la época decimonónica. Dije que caminaba y eso hacía, pero repentinamente los libros se convirtieron en fuego, y luego en cenizas. Porque al momento de verte todo ardió. Beatriz murió y recordé que esto ya no era más otro sueño onanista mio, sino una eterna pesadilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario