EBRIO II
Marcho borracho entre los arbustos de metal
dando vueltas el barco no tiene anclaje en mi vida
el estrago hace que a las arañas le provoquen risa
mi colorido vómito que derramo en el inmenso mar
Alucino sin droga alguna, las imágenes pasan deprisa
Dios, emergiendo de una botella, quiere así entrar
a mi boca por medio de una orgiástica maldita misa
y revelarme que a su universo estaré condenado a navegar.
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