lunes, 25 de marzo de 2013

ORGULLOSAMENTE MALDITO

El vicio, la lujuria y el mal
viven en mi
tiendo al error
y me regodeo en la inmundicia
Buscando siempre con qué embriagarme
pruebo los más exquisitos placeres
y me consumo en la llama
del más fugaz amor

Me tildan de inmoral
manipulador y perverso
que me aleje de lo prohibido
si no quiero acelerar más mi muerte
Pero yo les digo a todos ustedes, hipócritas
no ven más allá de sus mentes limitadas
que se mienten a sí mismos
al tratar siempre de negar su ser

Hablan de moralidad 
cuando cometen
los más atroces pecados
Determinan severas leyes
que terminan transgrediéndolas siempre
Nunca predican con el ejemplo
y persiguen la libertad y el libre pensamiento
aprisionándola
condenándola
y dándole
una rápida muerte

Yo tan solo busco mi felicidad
y la dicha de mis semejantes
Que disfruten y contemplen 
lo hermoso y delicioso de esta vida
entregándonos al goce de nuestros sentidos
cultivando nuestras mentes
con la más pura elevada filosofía

A lo que ustedes llaman Maldad
yo le llamo Verdad
A lo que ustedes ven como Lujuria e Inmundicia
yo le llamo ganas de vivir
de celebrar la vida

Y si su Dios ve con malos ojos
el cultivar, amar y probar
el más hermoso cuerpo
de mi hermana
o de mi amante
entonces me declaro
ante ustedes
mil veces maldito
CUENTO

Animado por el cuarto vino de 3.50 adquirido en una tienda cerca a la av. Universitaria, caminaba trémulo y alegremente nostálgico por los pasillos azules de la facultad de Letras. El sunset doraba mi rostro y me "bajoneaba" con inútiles recuerdos, amores que no valen la pena nombrarlos ni mucho menos venerarlos. Después de deambular por el parque buscando con quien o quienes saciar mi sed de bebedor, encontré un grupo de universitarios entre ellos ingenuos cachimbos que celebraban el muere de la semana. Me uní a los mancebos y evalué la belleza de las niñas. Eran tiernas y dulces para mi, para mi deleite y el cuerpo. Luego de las presentaciones previas, cantamos diversas tonadas populares para terminar contando inverosímiles historias que, por divertirnos, aceptábamos por ciertas. La noche avanzada llegó, el trago corría y la hierba fumada estaba en su punto, ya para esto dos bellísimas chicas depositaron su confianza entera en mí debido a mis habilidades artísticas y al galanteo perverso. Dos horas después bastaron para que me encontrase en una habitación de 20 soles, con espejos, televisión, y a las dos chiquillas desnudas retorciéndose en mil húmedos deseos. Bebimos aún más y yo alimenté estas bellas flores para que abriesen de par en par sus rosáceos pétalos. Como buen podador y jardinero que soy, las regué y deshojé una por una, no sin antes habiendo llenado el cuarto con sudor y gritos. La danza fue macabra, el sexo, intenso, y la deliciosa experiencia de ensayar miles de posiciones y de probar nuevos sabores condujo a mis compañeras nocturnas a concertar otra velada de amor donde se repitiese el lúbrico ensueño. Yo acepté con gusto y lo repetimos así mil veces. Ahora, mientras escribo estas líneas, me encuentro otra vez con ellas echado en la cama, cogiendo y acariciando sus finos cabellos. Por fin puedo decir que he encontrado la inspiración, esa flama necesaria que necesitaban armonizar mis más penetrantes y oscuros versos.


EXTERIORIZAR 

Comerme cada mariposa y triturar sus alas multicolores. La vida es como una gran avenida, atolladero de un gran tráfico de luces encendidas. El cosmos es una eyaculada bonita cuando tú te pones bonita y yo, un perfecto masturbador. Gime, gime, gime, que la mitología no existe, tu sexo no existe, solo es un agujero hacia un mundo exterior. No soy feliz, y si lo fui no recuerdo haberlo sido. Y si no lo fui, es como si lo fuera ahora. Escuchando mil veces a los This Town Needs Guns, no me aburre. Me excita. Me droga. Me purifica. Me santifica. Me hace pensar que una mandarina es una mierda dulce. Y que extraño caminar por el infierno que soy yo y mis muelas. Mis callos. Mis piernas. Mi verga. Tu verga. Tu sexo. Dios y el Diablo son la misma cosa. La Literatura no basta, no es suficiente. Se muere. Se termina. La Música es Dios y yo soy su más confidente lacayo.
JUSTICIA

Hoy asesiné a una humano cerca al cubículo de mi ratonera. Regresaba de comer un poco de las sobras que botaban en la basura, evitando a toda costa el contacto con el jabón Nivea y "shampu" HS. Eran aproximadamente las 8 y 15 de la noche. Me encontraba en el baño y la primera impresión que tuve al mirar a la humano fue algo similar al espanto. Muchas veces había asustado a histéricas mujeres y tímidos chibolos , sin embargo la experiencia de hoy fue diametralmente opuesta. El cabro, que salía desnudo de la ducha, tenía una sonrisa muy prominente, demasiado para asemejarse a un patético flete de parque. Sin embargo, más abajo, le colgaba algo parecido a un muñón. En realidad la tenía deforme, amputada, fue horrible. Aún así, asustado, decidí asesinarla. Me trepé por su pierna izquierda, clavé profundamente mis dientes en el pájaro y tras 10 minutos de terrible combate fui observando como iba desangrándose y desvaneciéndose la vida del humano. Antes de su último suspiro empecé a experimentar un poco de lástima. 

Mis dientes quedaron ensangrentados.