ÚLTIMO CÍRCULO

A veces en el infierno encontramos a inusuales seres condenados deambulando entre las brasas. Hombres y mujeres realizando los procedimientos del castigo eterno. Lujuriosos, parricidas, corruptos, mentirosos y toda esa fauna de deformes en cuerpo y alma pagando con dolor y sangre sus culpas. Pero al caminar por entre las llamas, y acercándome al círculo final, mi sorpresa fue grande al encontrarte desnuda y encadenada, con el cuchillo como péndulo desgarrándote el vientre y las entrañas. Pensé con todo mi ser encontrarte en el Cielo, cerca y bajo la protección de nuestro miserable Dios en lo más elevado y hermoso de su reino, pero mayor fue mi asombro, amada mía, encontrarte en el círculo de los TRAIDORES, de esas bestias repugnantes e impías que hacen sufrir a quienes pusieron confianza en ellos. Así amada mía, tu traición de AMOR fue bien recompensada, y me alegre de ello. Sonreí al verte desnuda devorada y ultrajada por el mismo demonio supremo, a quien años atrás alababas y te acostabas como puta en su lecho.